Y el camino me sorprendió aquí…

Buenas noches mis princesas aladas, ¿qué tal estáis preciosas mías?. Siii, mitad de semana, ¡qué ganas del ansiado fin de semana!, pero tranquila mis Mariposas que ya queda muy poquito. Algunas andaréis disfrutando quizás de unas eternas vacaciones, otras sumergidas ya en la vuelta al trabajo, pero bueno a estas últimas decirles que con las pilas cargadas todo es mas llevadero y que el buen tiempo aún nos deleita para disfrutar de las agradables terrazas aunque sean cerca de casa. Porque siempre habrá tiempo para saborear un delicioso helado, siiii mi perdición.

Una noche cualquiera, un camino que encontré quizás por casualidad, o por haberlo visto cada noche desde mi ventana en mi estancia en Torres Torres. Decidida a investigar, o simplemente a ver de cerca lo que cada noche aparecía iluminado desde la lejanía, me acerqué…Con un look de noche quizás, una falda de nueva temporada corta, estrecha y con brillos en tono cobre y una camiseta básica con este corazón tan mono y su toque de Marial. De complemetos unos tacones muy cómodos en tono claro y estos súper pendientes en dorado de “Bijou Brigitte”.Y ufff, este es uno de esos caminos que erizan la piel, de esos que sorprenden en cada paso que das. Desconozco el motivo, pero en mi andar por la subida que me llevaría al punto más alto e iluminado, sentía que quería verlo ya. Paradita para tomar aliento, pues hace algo de calor y no puedo tomarlo de un tirón. Quedo absorta, miro el paisaje, unos altos cipreses me dan la bievenida, altos, delgados con una fuerza de llevar años allí, como aunténticos vigías del lugar. Haciendo más especial el camino, mostrando o definiendo el lineal sendero bajo una noche tan estrellada. Y llego, y sí, me emociona, una ermita, muy pequeña corona el lugar, se alza espléndida en un sitio privilegiado, quedando al amparo de las miradas que desde el comienzo del sendero, o desde una ventanita en el pueblo de al lado, es admirada por muchos. Me acerco, y como es costumbre toco con mis alas sus paredes, frías, fuertes pero sinceras. Leo los carteles informativos, y si en ella se venera a Nuestra Señora de los Afligidos, cuenta, que muchos eran los campesinos de antaño que se acercaban a buscar su consuelo. Una cruz, una sombra, luces a media noche, manto de estrellas sobre mi cabeza y una puerta dorada, me quedaré con su recuerdo, quizás pudiera ser el comienzo de una historia o de un poema de esos que con besos prohibidos enamoran a todo el firmamento. Promesas de Mariposa, de una princesa con maravillosas alas, que bajo la oscura noche juega a volar, a sentir la libertad de alzar su espléndido vuelo, con fuerza, con determinación y pienso, o mejor me digo a mí misma, he llegado hasta aquí, ahora me toca volar mucho más alto…

Mariposas, seguid el vuelo por maravillosos caminos, que os aseguro que por muy difícil que sea, siempre llegaréis victoriosas a lo alto, y sentiréis que podréis volar mucho más allá…

Un beso preciosas mías y a volar…