Buenas noches mis lindas Mariposas, ¿qué tal estáis mis preciosas hadas aladas?, estoy segura que andaréis muchas de vacaciones,
disfrutando de unos días de desconexión, alejadas del agobiante mundo laboral que día tras día y mes tras mes nos absorve todo o gran parte de nuestro tiempo…
Y es cuando llegan esos días mágicos, camuflados bajo el nombre de vacaciones, y se nos dibuja una sonrisa en nuestros rostros, de esas que quien nos ve sabe perfectamente que estamos en modo-vacaciones¡¡¡¡….
Esta noche, os contaré la historia de una velada soñada, sí, de esas en que el ruido de las ciudades no existe, ha desaparecido por completo. Me encuentro nuevamente en “Torres Torres”, siiiiii, he regresado, pero si es que estoy enamorada de este bello lugar, sus gentes me tratan con tanto cariño que parece que soy parte de sus familias,
y me encanta¡¡….Hay quien dice que me terminaré empadronando por aquí,jeje…pues os confieso que no me importaría, pues me siento como en casa….
Vestida para tal ocasión, un vestido muy sencillo en tono rojo, de complementos estos tacones súper chulos en dorado para intensificar con elegancia el look elegido, unos pendientes grandes en dorado y esta simpática diadema de florecillas en el mismo tono. Y es ahora cuando pensaréis, ¿Marial, pero vas de fiesta?…..
Y os responderé, siiiii, me he vestido así para presentaros una preciosa casa rural en la cual me alojo estos días, “La Puja al Castell”, me tiene cautivada, desde su fachada que me recuerda a las típicas casitas de cuentos de princesas, hasta su bello interior, os aseguro que no hay rincón que no me pueda gustar.
Me alojo en la llamada “La Villa”, creo que una de las más grandes, y jooooo, tengo un problema, no me quiero ir¡¡, es maravillosa, muy cómoda, espaciosa y delicadamente decorada, ya me lo había dicho su propietaria Mari, una mujer súper amable, parece que fuera mi propia tía, pues ha mimado cada instante de mi estancia aquí, muchas gracias por las ricas magdalenas que con cariño me brindaste, estaban deliciiiiiiiooooosas¡¡¡….
Y sí, es una velada soñada, porque no existe el ruido, solo aquellos sonidos propios de la vida de un pequeño pueblo, que necesitaba para evadirme del día a día, alejada del estrés, pues aquí no existe…no me cuesta madrugar pues adoro sentir la claridad del nuevo día invadiendo la terraza, en la cual he pasado muchas noches sentada, admirando tan bello espectáculo estelar y a mi gran amiga la luna, siempre juntas en mi andar…Esta casa tiene magia, si, tiene el poder de calmar la mente, de no pensar en nada, y solo disfrutar.
Mariposas, os aconsejo que la visitéis, pues pasar unos días en ella me han renovado por completo, regreso a casa con las pilas cargadas por completo, desde la terraza de la casita, os deseo con esta suave copa de cava una feliz noche soñada…
Un beso preciosas mías y a volar….