Y si cenicienta fuera una Mariposa?…

Buenas noches mis lindas Mariposas, ¿cómo estáis?. Seguro que abanico en mano, uyy eso me recuerda que he perdido mi abanico mágico de Mariposas, aunque estoy segura que quien lo encuentre lo mimará tanto como yo… Un julio de olas de calor, de días en que salir a la calle se convierte en todo un reto, pero siempre nos queda disfrutar de las maravillosas terrazas convirtiendo las tardes noches en las horas de mayor disfrute del día… Hoy os contaré una pequeña historia, quizás os enamore más de las Mariposas y os sumerjáis en el increíble aleteo de sus preciosas alas…

Una tarde de julio, hace muchos muchos días una Mariposa volaba entre las plantas soñando despierta, siempre había escuchado el increíble cuento de “Cenicienta”, y vivía soñando con poder pasear algún día por su bosque favorito con tal precioso vestido de fiesta. En su vuelo, por ir quizás algo rápido o por el calor del verano se sentía muy muy cansada, por lo que buscó una linda flor y decició dormir un ratito…De repente, no conociendo el motivo se despertó sobresaltada, pues no sentía sus alas…se puso en pie como pudo, se miró y no podía creer lo que veía, se había convertido en la princesa soñada, oohh¡ ¡qué vestido más maravilloso llevaba!, muy contenta corrió y corrió por el bosque, sintiendo la brisa de los árboles al pasar, se sentó en un banco a descansar, miraba y miraba ese azul intenso que emanaba de su gran vestido de fiesta, unos zapatos dorados acompañaban a un bolso del mismo color, dorado ambos como el Sol que cada día llenaba de luz sus hermosas alas, de joyas un collar y unos hermosos pendientes de un dorado intenso y brillante que realzaba más el look de princesa, también llevaba unas gafas de Sol, pues sus ojos no estaban tan acostumbrados a sentir tanta luz de sus amado Sol. En su paseo escuchó música, y decidió dar y dar vueltas, hasta que vió una pequeña cabaña, se acercó, tocó algo triste en la puerta, pues la noche se acercaba y sentía que pronto regresarían sus bellas alas. Una simpática hada madrina la recibió encantada, le ofreció un rico pastel de chocolate y cariñosamente le dio un beso en la mejilla mientras le decía, “hermosa princesa cuando salga la “Luna” regresaran tus bellas alas”. La Mariposa despertó y esta vez pudo sentir el aleteo de sus alas, pero se fijó que esta vez eran de un azul tan intenso como el bello vestido de fiesta soñado…

Mariposas, atrevéos a cumplir vuestros más anhelados sueños…la Vida se mide por los instantes en que reímos y nos sentimos realmente felices…

Un beso preciosas mías ya volar…